EL DOCTOR AZÚA CELEBRA EL DÉCIMO ANIVERSARIO DE SU MAYOR GESTA
Fuente:
Diario EQUIPO
Hace diez años el colegio zaragozano Doctor Azúa marcó un antes y un después en la historia del baloncesto aragonés. Los naranjas lograron, en 1999, el subcampeonato de España en categoría infantil, pasando por encima de todos los 'grandes'. Ese día, en ese campeonato, ese equipo conquistó el corazón de todos.
Hoy Azúa, cuna de una de las mejores canteras de Aragón, rendirá un merecido homenaje a esa generación del 85' que hizo historia. Desde entonces, ningún equipo aragonés masculino ha vuelto a jugar una final del campeonato de España. A la cita no faltará Rodrigo San Miguel, buque insignia de este colegio. Un zaragozano que ha llegado a la élite del baloncesto español y que esta temporada ha militado en el Manresa de Liga ACB.
El éxito de Doctor Azúa comenzó a forjarse mucho antes de su participación en el Nacional de Teruel. Aquel equipo que entrenaba Chicho Lucas logró clasificarse para la fase final después de realizar un gran sector, que se disputó en Palma de Mallorca, donde sólo perdió la final contra el Barça de Marc Gasol. "Cuando ahora vemos a Marc por la televisión jugando en la NBA, muchas veces nos acordamos de aquel partido de hace diez años", confiesa Tomás Martín, uno de los jugadores de aquel Azúa. Una vez en Teruel, los naranjas tuvieron que enfrentarse contra los poderosos Real Madrid, Forum de Valladolid, Club Canarias y Unicaja en semifinales. Cada partido era una victoria y una sorpresa para el resto. «El éxito radica en que éramos un grupo de amigos de colegio que jugábamos contra grandes canteras de ACB. Por eso no teníamos presión alguna y llegamos tan lejos», afirma con orgullo Chicho.
Pero si de todo este campeonato hay un día que este equipo siempre recordará será el día de semifinales ante el Unicaja de Málaga. «Fue un partido increíble. A falta de 12 minutos íbamos 20 abajo en el marcador. Pero ahí nuestra moral, la de un grupo de amigos, fue mucho más fuerte que la de nuestro rival y dimos la vuelta al marcador», reconoce Chicho.
«Tengo en mi cabeza la imagen de Marc Gasol llorando a mares a la entrada del hotel porque había perdido la semifinal contra el Madrid. Esas lágrimas chocaban con nuestra alegría desbordada. Además, recuerdo que sobre las 12 de la noche llegaron nuestros familiares y todos juntos nos pusimos a bailar 'la parrilla'. Fue algo inolvidable», recuerda Tomás.
Tras esas risas y bailes les esperaba el Real Madrid (al que ya habían ganado en la primera fase) en la gran final en la que nunca se imaginaron estar. Ni ellos ni nadie. El partido siguió la línea de todo el campeonato, es decir fueron perdiendo durante casi todo el encuentro. Pero la historia se repetía: a falta de 12 minutos, los zaragozanos lograron ponerse 6 puntos abajo y a los madrileños les empezó a entrar el miedo. Pero no pudo ser, tantas remontadas habían desgastado al equipo. Azúa terminó perdiendo 72-59 y fue subcampeón de España.
Una derrota que supo a triunfo y que quedará enmarcada en la historia del baloncesto aragonés porque, como dicen ellos: «El espíritu naranja nunca se perderá».