DEPORTE, DIETA Y SALUD
Fuente:
Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Aragón, Autora: Arantxa García Vicente, colegiado nº 824
Es bastante común intentar estar y sentirse bien entre la población y, por ello, en la actualidad la práctica deportiva es algo habitual. La dieta de un deportista debe ser adecuada, tanto en calidad como en cantidad, reponer la energía consumida durante la actividad física y evitar que aparezca después un estado de fatiga.
Las personas que practican deporte saben que una alimentación adecuada incrementa la resistencia física y mejora el rendimiento dentro de los límites naturales de la persona.
Es importante recordar que la dieta de un deportista siempre ha de estar supervisada por un experto. Debe ser adecuada, tanto en calidad como en cantidad, reponer la energía consumida durante la actividad física y evitar que aparezca después un estado de fatiga.
El aporte calórico depende de la actividad aunque la media suele estar entre las 3.000 kilocalorías y las 3.500 kilocalorías diarias.
Generalmente, las dietas para deportistas están pensadas para mantener altos niveles de azúcar muscular (glucógeno) lo que se
consigue mediante la ingestión de hidratos de carbono de lenta absorción intestinal.
También es importante no excederse en el consumo de proteínas procurando que la ingesta se sitúe entre 0,9 y 1,5 gramos de materia seca por kilo del cuerpo del deportista. De esta forma, estás asegurando un buen suministro de aminoácido L-arginina y otros aminoácidos esenciales.
Además, la hidratación es básica y fundamental. Con el ejercicio el cuerpo puede alcanzar los 40ºC de temperatura por lo que los mecanismos de enfriamiento se ponen en marcha a través de la sudoración. En casos de esfuerzo extremo se pueden llegar a
perder casi tres litros de agua en una hora.
Requerimientos nutricionales de un deportista
Un estado óptimo de forma física, imprescindible para alcanzar el rendimiento máximo durante la competición, se consigue con un duro entrenamiento físico y con una adecuada alimentación.
Un entrenamiento intenso puede requerir un aporte extra de hasta 1500 kcal/hora, además de la necesidad de reponer el agua y sales (sodio, potasio...) perdidas por sudor.
Algunas vitaminas pueden requerir un aporte extra. Entre éstas merecen especial atención la B1, B2, B3, íntimamente relacionadas con el metabolismo energético y las denominadas vitaminas antioxidantes: C, E y ß-carotenos, necesarias para neutralizar el efecto de los radicales libres, cuya producción está muy incrementada en situaciones de ejercicio físico intenso.