¿COMETES ESTOS CINCO ERRORES DEL RUNNING?
Fuente:
Runner's World
Existen multitud de parámetros que pueden causar la fatiga de los corredores. El primer paso es encontrar la raíz de ese cansancio y, el segundo, arreglarlo. Runner's World ofrece una lista de cinco posibles errores (Kilometraje, Intensidad, Terreno, Imprevistos y Recuperación) y sus soluciones.
Kilometraje
La regla general para aumentar el kilometraje es de no más del 10% por semana, pero sólo es una pauta general, no tiene por qué funcionarle a todo el mundo. Este incremento y sus consecuencias depende de la combinación de las variables que conforman tu vida. Los corredores tienden a experimentar dolores y molestias o cansancio acumulado tres o cuatro semanas después de la progresión (el aumento del kilometraje), es decir, si estás aumentando demasiado, no sentirás de inmediato el cansancio o los dolores necesariamente, pero sí varias semanas después, cuando la fatiga se acumula más allá de tu punto de inflexión.
La solución: Fácil. Vuelve atrás en la progresión del kilometraje para correr menos millas en dos o tres semanas con consistencia. Muchas veces esto es suficiente para darle tiempo a tu cuerpo a recuperarse y volver a los entrenamientos y carreras alegres.
Velocidad e intensidad
Otro desencadenante está estrechamente vinculado con el ritmo y correr más duro. Esto puede ser engañoso, ya que puedes mantener el mismo ritmo de todos los días, pero puede traducirse en niveles de esfuerzo ‘mucho más duros’, basados en una serie de variables (el sueño, el estrés, la nutrición, imprevistos).
Tu mente puede interpretar el ritmo como algo asequible, pero quizá tu cuerpo lo sienta como un entrenamiento demasiado duro en ese momento. Además, la fatiga también puede aparecer cuando se llevan a cabo entrenamientos duros (velocidad, cuestas, tempo) con demasiada frecuencia, o si progresas demasiado rápido sin una base adecuada de kilometraje.
No puedes construir el ático antes de verter el hormigón de los cimientos de una casa, si no quieres que se caiga claro. En el running ocurre lo mismo.
La solución: invertir en el desarrollo de una base sólida, el kilometraje aeróbico (el hormigón de los cimientos) antes de agregar carreras más duras de esfuerzo (el ático).
Tu cuerpo se adaptará más fácilmente y alcanzará la resistencia y estabilidad necesarias para aguantar sin problemas los esfuerzos más duros. Considera los entrenamientos de velocidad y otras carreras de gran esfuerzo como una especia en tu receta y sazona al gusto.