LA NATACIÓN COMO EJERCICIO TERAPÉUTICO
Fuente:
Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Aragón. Autor: Fernando Sanz López. Colegiado Nº 321.
La práctica de la natación aporta una mejora de la resistencia aeróbica, tono muscular, flexibilidad y es una actividad de bajo impacto para músculos y articulaciones, muy adecuada para patologías de la espalda. Pero es muy recomendable dejarse asesorar por un profesional para realizar los ejercicios y estilos más adecuados para nuestro físico.
De sobras es conocido los beneficios que aporta la natación a nuestro cuerpo y a nuestra salud. Es, de hecho, uno de los deportes más recomendados por los profesionales sanitarios cuando un paciente consulta qué ejercicio debería hacer.
Sin embargo, para evitar que la natación sea perjudicial en determinados casos, es necesario tener en cuenta algunas consideraciones.
La natación es un ejercicio saludable en muchos aspectos. Uno de estos aspectos es la mejora de la resistencia aeróbica, que produce beneficios a nivel cardiovascular, siendo una buena forma de prevenir o combatir enfermedades relacionadas con, por ejemplo, la hipertensión.
Otro aspecto a tener en cuenta es que es uno de los deportes más completos, pues se trabaja unas 2 terceras partes de nuestra musculatura, involucrando a extremidades superiores, inferiores y tronco.
Una de las grandes ventajas de la natación, es el hecho que se practica en descarga del peso corporal. El agua minimiza el efecto de la gravedad y permite que sea una actividad de bajo impacto para músculos y articulaciones, haciendo a la práctica de la natación altamente indicada para todas las edades.
Este efecto de descarga es muy beneficioso en personas que tienen patologías de columna, tanto cervicales como lumbares, permitiendo fortalecer su musculatura del tronco sin poner en carga estas zonas. Es raro la persona que sufra de este tipo de problemas que no se le haya recomendado alguna vez el ir a nadar.
Otro factor importante es la flexibilidad que nos aporta practicar la natación, ya que las articulaciones se suelen mover en rangos máximos.
Pero esta indicación no está exenta de riesgos. La natación es un deporte que requiere una técnica de ejecución correcta para ser efectivo, y depende del estilo que se realice. Si a la hora de nadar, no somos capaces de llevar correctamente la respiración y sacamos siempre la cabeza fuera del agua, nuestras cervicales pueden sufrir al mantener esta posición.
De la misma forma, si elegimos nadar a braza por ser uno de los estilos más cómodos de practicar, la zona lumbar
se arquea, siendo contraproducente en determinadas patologías lumbares en lugar de ser beneficioso.
Por otro lado hay que tener en cuenta que los hombros (en la mariposa) y las rodillas (en la patada de braza, fundamentalmente) son sometidas a esfuerzos de rotación máximos.
¿Soluciones? Los estilos más recomendados son el crawl y la espalda, y si no se tiene un mínimo de técnica para practicarlos (no es necesario ser un experto), es en ocasiones altamente recomendable acudir a cursos de formación en natación para mejorar el estilo y que en poco tiempo, pueda ser un ejercicio realmente beneficioso para nuestra salud.
Otra opción es decantarse por ejercicios en el agua guiados por fisioterapeutas y profesionales sanitarios, en actividades denominadas como natación terapéutica, con el objetivo de adaptar los ejercicios que se realizan dentro del agua a las diferentes necesidades y aptitudes de cada sujeto.