ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD
Fuente:
Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Aragón. Autora: Arantxa García Vicente, colegiado nº 824
Realizar alguna actividad física o deporte es vital para nuestra salud a cualquier edad, tanto en niños, adultos como en ancianos, para poder llegar a edades avanzadas de nuestra vida lo mejor preparados posible y en las mejores condiciones que nuestro cuerpo nos permita.
El envejecimiento de la población en los países desarrollados es un hecho que refleja el aumento de la esperanza de vida, que se sitúa en 76 años en el caso de los hombres y 82 en el de las mujeres. Por tanto, el número de personas mayores de 60 años sigue un crecimiento ascendente y se prevé que, en el año 2030, representará un tercio de la población total.
Según Bourlière, el envejecimiento es “un proceso biológico inevitable e irreversible que se establece a partir de la adolescencia y que modifica constantemente, sin que seamos conscientes de ello, la estructura y el funcionamiento de nuestro ser. Es por tanto un conjunto de modificaciones morfológicas, psicológicas y biológicas: todo lo que vive, envejece”. Pero es difícil precisar la edad en la que empieza el declive del cuerpo humano o envejecimiento. Eso
sí, la manera en que llegamos a la tercera edad , y la vitalidad con que nos enfrentamos a ello, dependen de multitud de factores como la genética, el modo de vida que hemos llevado durante toda nuestra vida, el tipo de trabajo, la alimentación, la actividad física, etc.
La inactividad física puede causar un mayor deterioro biológico. Para grandes y pequeños, para altos y bajos, para jóvenes y viejos, la inactividad física es perjudicial para nuestra salud. El incremento de la población infantil que padece obesidad y sobrepeso, y el surgimiento de profesiones cada vez más inactivas y sedentarias que se realizan delante del ordenador pueden aumentar el deterioro biológico en edades avanzadas.
La relación entre envejecimiento y fragilidad de las personas mayores se puede combatir a lo largo de toda nuestra vida con un tratamiento a base de ejercicio físico combinado con una buena nutrición, teniendo en cuenta que la fragilidad depende mucho de la actividad. Además lo importante es que la práctica de un deporte te asegura una actividad física regular, con sus beneficios sobre el sistema muscular y orgánico‐funcional, y también una forma de mantener activo el cerebro.
Por lo tanto, podemos concluir que realizar alguna actividad física o deporte es vital para nuestra salud a cualquier edad, tanto en niños, adultos como en ancianos, para poder llegar a edades avanzadas de nuestra vida lo mejor preparados posible y en las mejores condiciones que nuestro cuerpo nos permita.