DAVID CAÑADA COMPARECIÓ AYER ANTE LOS MEDIOS PARA HABLAR DE SU ENFERMEDAD
Fuente:
Diario EQUIPO
El corredor aragonés ha pasado por el mes más duro de tratamiento y espera hacer frente al cáncer para volver a la bicicleta a final de año.
Si por algo se distingue David Cañada es por la lucha constante que ha mantenido a lo largo de su vida. La suerte ha sido esquiva para el corredor aragonés en muchos momentos y ahora, cuando parecía que remontaba de nuevo el vuelo, la vida le ha jugado otra mala pasada. David Cañada tiene cáncer, la enfermedad maldita que no distingue entre edades, géneros o hábitos de vida. Esa lotería que todo el mundo quiere evitar, pero que señala a su antojo y sin previo aviso.
A David le señaló en el año 2007 cuando le detectaron un melanoma en la espalda «pequeño», como el propio corredor indica, y que en principio «no revestiría ningún problema». Una operación acabó con ese primer aviso, pero no sería el último.
En octubre de 2008 las alarmas saltaron. David Cañada detectó un ganglio más abultado de lo normal en la axila de su brazo izquierdo y acudió al médico porque «sabía de la posibilidad de que fuera una metástasis». Los peores presagios se confirmaron: «Me hicieron una biopsia y me dijeron que era maligna y que había que hacer una resección total de todos los ganglios de la axila. De los que sacaron ocho estaban afectados por lo que, al ser un número considerable, los médicos decidieron que había que poner un tratamiento oncológico», dijo el corredor del equipo Fuji-Servetto.
Después de varios meses de tratamiento, David Cañada decidió hacer pública la noticia el pasado miércoles, para posteriormente atender a los medios en una rueda de prensa celebrada ayer. Sentado detrás de una mesa y con gesto firme, el ciclista aragonés respondió a todas las preguntas relacionadas con su enfermedad, haciendo hincapié constantemente en una frase: «tengo mucha confianza en mi recuperación».
«Físicamente estoy mejor de lo que esperaba. He tenido alguna jaqueca, cansancio y sueño, pero he dormido un poco más y punto», dijo el corredor, que hasta ahora ha visitado el Hospital Miguel Servet de Zaragoza -donde sigue el tratamiento- cinco días por semana.
Cañada aseguró que por el momento el tratamiento es «soportable» y habló del futuro con optimismo: «Me gustaría volver este año al final de temporada. Después de catorce años como profesional no me gustaría dejar mi carrera en un año en el que tengo contrato y no puedo correr», apuntó consciente además de las dificultades que encontrará en un posible regreso, debido a que la resección de los ganglios del brazo izquierdo van a suponer un problema porque debe evitar hacerse heridas en él, ya que en su caso el sistema para limpiarlas ha quedado mermado.
Para combatir la enfermedad, Cañada recurre a sus hábitos. «Hago ejercicio y salgó todos los días al aire libre, no solo por el tratamiento sino porque por mi profesión no estoy acostumbrado a estar encerrado en casa», bromeaba el ciclista, que debe afrontar otro duro stop en su intermitente carrera.