EL RESCATE DE ÓSCAR PÉREZ ES IMPOSIBLE

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17/08/2009

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Sport Equipo

Los tres grupos que estaban la montaña se comunicaron con Peña Guara y tomaron la dramática decisión

Las cuatro de la tarde -hora española- era el momento clave en el rescate de Óscar Pérez. El optimismo sabatino se tornó en pesimismo a lo largo de la jornada dominical. El mal tiempo y las dificultades técnicas de la montaña presagiaban una decisión fatal. La familia del alpinista de Tramacastilla de Tena, Peña Guara, los amantes de la montaña, muchísimos aragoneses y españoles y hasta medio mundo estaban pendientes de lo que se estaba cociendo en el campo base del Latok II. El teléfono sonó en la sede del club de montaña oscense y el tono de la conversación giró hacia lo negativo.

El mal tiempo, la escasa aclimatación de los alpinistas y el riesgo que corrían los rescatadores hace imposible alcanzar el punto en el que se encuentra Óscar Pérez. La ventana del buen tiempo duró menos de lo previsto y la operación de rescate se suspende de forma definitiva. «Por común acuerdo de los tres grupos de trabajo (Campo Base, Skardú y club Peña Guara en Huesca) del operativo de rescate, hemos decidido suspender las actividades de rescate», manifestó el club en un comunicado oficial que hizo llegar a todos los involucrados en el rescate y a todas las autoridades.

«Estamos luchando contra gigantes. La cosa ya estaba complicada desde un principio, pero el mal tiempo lo complica todo más», explicaba Sebastián Álvaro que fue el primero que trató de rescatar a Óscar. La decisión dio paso a la tristeza y a la consternación. Atrás quedaban todos los esfuerzos que comenzaron en Pakistán y que se reforzaron con el grupo que llegó desde España. La avanzadilla que formaron Jordi Corominas, Jonatan Larrañaga y Fabrizio Zangrilli y el equipo que llegó desde España con Dani Ascaso, Jordi Tosas, Simón Elías, Ramón Portilla, Álvaro Corrochano y Moratinos fueron los que tuvieron que pasar el mal trago de suspender todas las labores de rescate. Pero todo fue mucho más duro aún para Álvaro Novellón, su compañero de expedición.

«El equipo que hemos formado para rescatar a Óscar ha hecho más de lo que era posible. Es muy duro, pero tampoco se podían arriesgar más vidas y las condiciones de la propia montaña y el tiempo hacían imposible llegar hasta la zona», explicaba Álvaro, coordinador del rescate. Se colocaron cuerdas fijas y se trazó una estrategia para alcanzar la montaña. Se corrió mucho riesgo y se trabajó contra el reloj para evitar el mal tiempo. Pero la montaña rugió, puso fin a la temporada y las malas condiciones meteorológicas pueden durar varios meses.

Óscar Pérez acumulaba ya nueve noches en un vivac a 6.300 metros de altitud con dos fracturas importantes en la pierna y en la muñeca. El alpinista contaba con algunos alimentos y con un camping-gas con el que poder derretir nieve y así hidratarse. Además, la zona cuenta con unas 13 horas de sol y la temperatura mínima está en torno a los 15 grados. Es bastante probable que Óscar se encuentre con vida y más sabiendo que iban a tardar más de diez días en rescatarle. Pero también habría podido perder la vida.

Por eso, la decisión de suspender el rescate es más dura. Sus amigos subieron hasta los 5.800 metros. Casi veían el saco de dormir que preserva a Óscar del frío. «No es momento para hablar con la familia, pero quiero hablar para pedirles perdón por no poder llevar a ese chaval a casa», explicó Sebastián Álvaro entre sollozos. Su amigo, Álvaro Novellón, se resistía y volvió a subir, pero ya no pudo hacer nada.