¿CUÁL ES EL CALZADO DEPORTIVO MÁS ADECUADO QUE SE DEBE DE USAR?
Se deben de tener en cuenta 4 características a la hora de comprar un calzado: que sea cómodo, flexible, ligero y bajo.
Fuente: Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Aragón, Autora: Arantxa García Vicente, colegiado nº 824
Desde hace mucho tiempo, se ha percibido el calzado como una herramienta para favorecer el buen alineamiento de las extremidades inferiores y la espalda durante la actividad física o deporte. Normalmente y, para considerar que un calzado es bueno, los materiales de éste deben ser rígidos y el pie debe de quedar sujeto con firmeza durante dichas actividades. Se deben de tener en cuenta 4 características a la hora de comprar un calzado: que sea cómodo, flexible, ligero y bajo (cercano a las sensaciones del suelo).
La idea principal será proteger una estructura del cuerpo que está sana sin debilitarla. El pie es a menudo el centro de las preocupaciones de los profesionales de la salud, ya sea alabando las tecnologías correctoras y por su incidencia sobre los problemas durante la marcha. Tanto los profesionales de la salud como los mismos usuarios dudan de cuál es el mejor calzado que deben ponerse a la hora de realizar la actividad física.
Desde que nacemos ya existe la duda así como las múltiples posibilidades de cuál es el mejor calzado o de cómo debe de ser el primer calzado de nuestros bebés. En este sentido existen muchas posibilidades de que nuestro primer calzado forme parte de la categoría de “calzado corrector” (aspecto que queda en entredicho por diferentes profesionales de la salud). El calzado que se debe de usar debe estimular el pie, permitir su libre desarrollo y, cómo no, reforzar toda la musculatura tanto del pie como de las diferentes extremidades y espalda.
Durante nuestra vida el cuerpo va cambiando; los huesos se alargan y cambian de forma, los músculos se fortalecen con los años y cuando nuestro cuerpo empieza a envejecer sucede todo lo contrario (los huesos se vuelven frágiles y la musculatura débil). El uso del calzado provoca efectos sobre la biomecánica de nuestro cuerpo. Las principales consecuencias que se observan son una disminución de la cadencia, se favorece el ataque del talón, aumenta la velocidad de la fuerza de impacto y aumenta el consumo de oxígeno. Por ello en cada época de nuestra vida necesitaremos un tipo de calzado u otro (según las características particulares de cada persona).
Si hablamos más específicamente del calzado en la vida infantil he de comentar, desde mi punto de vista como profesional de la salud, que el niño debería estar descalzo el máximo tiempo posible o calzado con el calzado más minimalista posible (en casos de niños pequeños).
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