UN ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA RECOMIENDA REALIZAR MÁS DEPORTE DEL HABITUAL DURANTE LA ADOLESCENCIA PARA PREVENIR LA OSTEOPOROSIS
Una adecuada salud ósea precisa de 80 minutos diarios de actividad moderada-elevada o 32 de elevada, como correr o practicar deportes colectivos
Un estudio del grupo de investigación GENUD (Growth, Exercise, NUtrition and Development) de la Universidad de Zaragoza, especializado en composición corporal, nutrición y ejercicio físico durante la infancia y adolescencia, ha determinado que para evitar las fracturas óseas en edad adulta se necesita practicar más ejercicio físico del habitual en la juventud. De hecho, la investigación demuestra que ni siquiera las recomendaciones cardiovasculares de 60 minutos diarios de actividad moderada-alta son válidas para un correcto desarrollo óseo. Los resultados de este estudio han sido publicados recientemente en la prestigiosa revista American Journal of Preventive Medicine.
El grupo de investigación GENUD ha comprobado que realizar al menos 80 minutos de actividad física moderada-intensa o en su defecto, 32 minutos de actividad de intensidad elevada, está asociado con altos niveles de masa ósea durante la adolescencia y, por lo tanto, con un menor riesgo de sufrir osteoporosis en edad adulta. Ejemplos para conseguirlo serían correr media hora a buen ritmo o practicar deportes colectivos, como fútbol o balonmano, entre otros.
Estas conclusiones se han obtenido tras el análisis de los datos obtenidos sobre una población de casi 400 adolescentes, con edades comprendidas entre 12,5 y 17,5 años, y que en los años 2006-07 participaron en el proyecto HELENA, sobre hábitos de alimentación, nutrición y obesidad, financiado por la Unión Europea.
La osteoporosis es un problema de salud pública que hace que cada año, alrededor de 2.7 millones de hombres y mujeres sufran una fractura. La osteoporosis supone un coste económico para el sistema de salud de 36.000 millones de euros anuales.
El desarrollo óseo durante la infancia y adolescencia condiciona en gran medida la cantidad de masa ósea en la edad adulta. Adquirir unos niveles óptimos de masa ósea durante estas etapas puede disminuir el riesgo de fracturas relacionadas con la osteoporosis en un 50%.
Aunque un gran porcentaje (alrededor del 70%) de la masa ósea lo determina la genética, los factores ambientales y el estilo de vida también condicionan de forma determinante el desarrollo de nuestros huesos.
En la actualidad, las recomendaciones de actividad física indican que los niños y adolescentes tienen que realizar al menos 60 minutos de actividad física de intensidad moderada-alta al día. Sin embargo, estas recomendaciones están orientadas hacia la salud cardiovascular y el grupo de investigación GENUD ha comprobado si realmente también eran válidas para el desarrollo del hueso de los adolescentes.
Para ello, GENUD ha realizado un estudio sobre 380 adolescentes, entre 12.5 y 17.5 años, a los que se les realizó una densitometría del esqueleto, especialmente, de la cadera, del cuello del fémur y de las cuatro lumbares, regiones asociadas con un mayor índice de fracturas por osteoporosis. En este análisis se observó que en este grupo de edad, la masa ósea del cuerpo entero era mayor en chicos que en chicas. En concreto, los valores arrojaron 2.143 gramos para los chicos y 1.874 gramos para las chicas, una diferencia que responde a la habitual mayor talla y masa muscular en varones frente a las mujeres, entre otros factores.
En el estudio también se han detectado diferencias importantes entre sexos a la hora de valorar el cumplimiento de las recomendaciones de actividad física. Un 45% de los chicos frente a un preocupante 77% de las chicas no cumplen estas recomendaciones, lo que representa un mayor riesgo de las mujeres a sufrir osteoporosis.
Además se ha determinado que para los adolescentes son necesarios casi 80 minutos de actividad física de intensidad moderada-alta para obtener un óptimo desarrollo del esqueleto, concretamente en el cuello del fémur, uno de los lugares donde las fracturas se producen con mayor frecuencia debido a la osteoporosis. También se analizó por separado la cantidad de actividad física de intensidad alta, la cual está estrechamente asociada con el desarrollo óseo debido a las actividades que comprende, por ejemplo, fútbol, balonmano, tenis. En este caso, 32 minutos al día de actividad física de intensidad elevada fueron suficientes para obtener un correcto desarrollo óseo en el cuello del fémur.
Los resultados de este estudio deben animar a los jóvenes, tanto niños como adolescentes a practicar actividades deportivas, no sólo por los beneficios ya conocidos, como la mejora del sistema cardiovascular, sino también para lograr un correcto desarrollo del esqueleto y prevenir en la medida de lo posible el desarrollo de osteoporosis precoz. Estos datos son especialmente importantes para las chicas, ya que tienen un mayor riesgo de sufrir osteoporosis y dedican menos tiempo a la práctica de actividad física, contribuyendo así al desarrollo de la enfermedad.