Inicio El Taller del Corredor ¿Cómo me puedo recuperar de una lesión muscular?

¿Cómo me puedo recuperar de una lesión muscular?

Las lesiones musculares son uno de los problemas más habituales en el deportista amateur, y suelen ser las peor gestionadas. Hoy en día ya nos estamos familiarizando con ciertos nombres concretos, como las lesiones del sóleo, del bíceps femoral, del recto anterior del cuádriceps o de la musculatura aductora; cada vez se diagnostican mejor por parte de los especialistas en medicina deportiva y por lo tanto cada vez se puede enfocar de forma más adecuada el tratamiento.

Lesión muscular: la importancia del diagnóstico

Y esta forma de diagnóstico ha ido evolucionando con el tiempo. No hace tantos años que nos encontrábamos a pacientes o compañeros a los que les habían diagnosticado de una lesión de 5 cm aquí, de 8 cm allí o incluso algunas mayores!! También se solía usar una máxima que decía que más o menos se tardaba “una semana por cada centímetro de rotura”… Podríamos decir que estos son conceptos del siglo XX,, y afortunadamente en en el s.XXI la medicina deportiva, las pruebas de imagen y los diagnósticos han mejorado ostensiblemente y nos facilitan mucho el trabajo a los fisioterapeutas y readaptadores.

Es mucho más habitual hoy en día obtener diagnósticos médicos que hablen por ejemplo de una lesión que afecta al tejido de la unión miotendinosa (une músculo y tendón) o de una que afecta al tejido miofascial (lesión que afecta al recubrimiento del músculo con su propia fascia), y seguramente esta lesión puede generar un sangrado que se pueda extender X o XX cm, pero que no es la lesión en sí. Y lo que nos debe ayudar a comprender la gravedad de la lesión para ajustarnos a un buen pronóstico, además del tamaño (evidentemente hay una pérdida de continuidad del tejido) es el tipo de tejido que se ha visto afectado y su localización. Como ideas sencillas podríamos decir que una lesión que afecta a tejido tendinoso suele ser de peor pronóstico, y una lesión cuanto más proximal (alta) sea, también será de peor pronóstico.

Para un buen tratamiento de fisioterapia y readaptación, será muy muy importante tener un diagnóstico lo más acertado posible, ya que el pronóstico de tiempo de la lesión va a ser muy distinto, y la temporalidad de introducción de elementos del tratamiento o de elementos de readaptación debe adaptarse a ese “timing”. Por ejemplo, en una lesión miofascial del semitendinoso se podrá empezar a correr muchísimo más temprano que en una lesión de la unión miotendinosa del bíceps femoral, o incluso que en una lesión miofascial del bíceps femoral. Y la clave de todo, que es un correcto diagnóstico, nos lo debe dar un médico deportivo.

Nos encontramos muchas veces con fisioterapeutas que disponen de equipo de ecografia, pero ni la potencia del aparato ni el conocimiento de la anatomía patológica, ni la experiencia en el diagnóstico son los mismos que en el caso del médico deportivo, y debemos respetar el papel de cada uno de los profesionales. De hecho, un aspecto muy importante a tener en cuenta es que los fisioterapeutas podemos hacer diagnósticos de fisioterapia, pero no un diagnóstico de una lesión.

Tratamiento de fisioterapia en lesiones musculares

En cuanto al contenido del tratamiento de fisioterapia, debemos considerar que hay momentos en que es importante hacer mucho y momentos en que es importante no hacer nada. En un primer momento de la lesión, lo ideal es el reposo (que no te toqueteen mucho), la aplicación de hielo e incluso la compresión si es posible (un vendaje compresivo realizado por un profesional, o unas medias de compresión por ejemplo). Este periodo inicial de “no hacer nada” va a durar al menos 2 ó 3 días, y dependerá un poco de la severidad de la lesión, pudiendo llegar a alargarse hasta cerca de una semana… A veces, hay que parar un poco para poder coger carrerilla, y éstos primeros días están orientados a eso.

A partir de ese momento, el tratamiento de fisioterapia irá encaminado a estimular el organismo del paciente para que se acelere el proceso curativo y mejore la capacidad de trabajo y funcionalidad del grupo muscular lesionado. Partiendo de la premisa de que los fisioterapeutas ayudamos a que el paciente se cure, pero que nuestra aplicación directamente no le cura, sino que es un medio que ayuda a estimular el organismo del paciente para acelerar la curación.

Y el cómo hacer esa estimulación es más sencillo de lo que nos parece en ocasiones, y realmente no requiere de ningún tipo de maquinaria, más allá que las manos y las neuronas del fisioterapeuta puestas en marcha a la vez! Es más importante pensar y razonar en qué momento aplicar cierto estímulo de forma directa, pero también es más difícil que “enchufar” algún tipo de aparatología que también puede dar buenas sensaciones al paciente.

Las terapias que aplicará el fisioterapeuta van desde la movilización y terapia manual sobre la articulación adyacente o sobre el tejido muscular, la elastificación del segmento (ya hablaremos otro día de ello, pero sí, hay que estirar en caso de lesión muscular, siempre controlando la intensidad y las sensaciones), el fortalecimiento muscular mediante isometrías, concéntricos y excéntricos (introduciéndolos de forma ordenada en el tiempo y con criterio siempre), la masoterapia ya sea de drenaje o para rebajar tensión muscular, el trabajo con los ganchos para liberar tensión fascial, la punción seca para tratar los puntos gatillo activos… Y sobre todo tratar de llevar el paciente poco a poco hacia un tratamiento activo. El deportista como norma general quiere volver cuanto antes a hacer su actividad, que es lo que más le gusta y por lo tanto poco a poco debemos aproximarle a esa meta.

El tratamiento empieza siempre en la camilla, con medidas que el fisioterapeuta hace directamente sobre el paciente como las que acabamos de enumerar, pero debemos tratar de que sea el paciente el que se mueva, el que estimule su propio organismo a recuperarse… Ésta es la acción terapéutica que está más demostrada en la medicina deportiva, el ejercicio terapéutico. El movimiento cura, y no es una expresión que se use a la ligera.

Estos ejercicios que inicialmente le propongamos al paciente en la camilla, adaptados a cada caso, debemos llevarlos a un gimnasio o una zona funcional para darles cada vez más dificultad, jugando con variantes de los ejercicios, con dificultades en la ejecución, con resistencias y superficies distintas… Debemos ponerle deberes al paciente para que en casa siga poniendo de su parte y lleve a cabo toda la batería de ejercicios que consideremos más adecuada para su caso. De la misma manera que consideramos que es importante orientar el tratamiento de forma activa, también lo es seguir haciendo en casa el trabajo que se oriente; de poco sirve sólo trabajar con el fisio, si no se siguen las indicaciones en casa.

Y a medida que el deportista se encuentre mejor, con buenas sensaciones y tenga más seguridad en los movimientos, en la medida de lo posible, lo más recomendado es combinar el trabajo de fisioterapia con un readaptador deportivo, que tiene la difícil tarea de volver a entrenar al deportista y ayudarle a volver a su estado condicional previo a la lesión.

Este proceso de readaptación no es sencillo y debe realizarlo un profesional que esté preparado, con conocimientos tanto de la patología como de la teoría del entrenamiento deportivo, puesto que se trata de volver a entrenar a un deportista lesionado, que no tolerará las cargas y los estímulos de la misma manera que un deportista sano.

Esperamos haberos ayudado a comprender las generalidades de un proceso de recuperación después de una lesión muscular.

Para cualquier tipo de duda tenéis los comentarios o bien nos podéis consultar en:


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